Área médica del Centro Médico de Asturias en Oviedo
 
 
 
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PACIENTE

Urología y Robot Da Vinci, de la mano.

    

Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.

    

Urología, con el doctor Francisco Valle al frente, es la especialidad que más utiliza el Robot Da Vinci para sus pacientes en el Centro Médico de Asturias. Por eso ayer, nos adentramos con él en quirófano. "Comenzamos a las cuatro de la tarde. Te espero a las tres y media", comentó el cirujano. Una hora antes ya habían dado el aviso al celador para bajar al paciente. Aquí, el tiempo de preparación es mayor. 

Con pijama verde y cámara, nuestro destino es el quirófano 6. El paciente ya está anestesiado y el doctor Valle, con ayuda de su instrumentista, enfermera, auxiliar y anestesista comienza con el ritual. Incisiones milimétricas y precisas -sin precedentes- para la introducción de los troqueles que permitirán el acceso de las pinzas, cámara de visión, etc. Es el único momento en el que el cirujano, encargado del robot, estará junto al paciente. 

     

Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.

     

Una de sus ayudantes "conduce" el robot con los cuatro brazos que operarán al paciente con la dirección del cirujano. Su colocación y enganche es clave. Cuando escuchamos en el quirófano, "no mueva al paciente mientras el Robot Da Vinci esté conectado", da comienzo la operación. 

     

Urología y Robot Da Vinci, de la mano.

     

Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
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Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
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Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.

    

En ese momento, llega el cirujano y compañero de especialidad, el doctor, Miguel Álvarez Múgica, que le asistirá en la intervención. Ambos comprueban que todo está correcto y que pueden empezar. 

     

Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.

     

Urología y Robot Da Vinci, de la mano.

     

El doctor Valle se desplaza a la consola, donde manipulará los mandos del robot obteniendo una visión tridimensional del interior del paciente. Cada cirujano tiene su propia forma de trabajar y llama la atención que maneja los pedales sin sus zuecos, con eso obtiene una "mayor sensibilidad".

Ambos cirujanos son uno, ya que es un trabajo perfectamente coordinado. El resto del personal del quirófano completan un circuito perfecto. 

Su voz se potencia dentro de la consola. A veces hace pausas, el robot se para. Reanuda comprobando con su homólogo que la operación va bien. 

Urología y Robot Da Vinci, de la mano.

      

Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
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Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.
Urología y Robot Da Vinci, de la mano.

Esta tarde toca una prostatectomía radical, es decir, una extirpación de próstata. Es, según nos comenta, "la operación robótica más compleja en la especialidad", porque "todos los conductos son muy pequeños. Nuestro campo de trabajo es muy reducido, pero con el Robot nos permite un campo de visión extraordinario". 

Son las 16.15 horas. Comenzamos. El paciente se encuentra en posición Trendelenburg, que significa la inclinación del paciente, en decúbito supino, con la cabeza más baja que los pies. Es extraña y díficil, donde el papel de la anestesista es clave, pero muestra la capacidad de actuación en medicina.  

17.45 horas. El cirujano ha finalizado la operación con el robot, que se retira con cuidado para dar paso a la extracción de la próstata por una de las incisiones y la posterior sutura del paciente. Francisco Valle opera cada semana a un paciente con Da Vinci.

La cirugía robótica es menos invasiva para el paciente, permite a los cirujanos realizar hasta las intervenciones más complejas y delicadas y ofrece a los pacientes beneficios, como pueden ser, entre otros, menos dolor, menos pérdida de sangre, menos fibrosis, menor tiempo de recuperación, regreso más pronto a las actividades diarias normales y, en muchos casos, mejores resultados clínicos.

Multimedia

María Gutiérrez Díaz 

Dpto. de Comunicación