El término de fatiga se utiliza para describir la dificultad para iniciar actividades o una capacidad reducida para mantener la actividad con sensación de cansancio muy temprana o dificultad para mantener la concentración, la memoria o la estabilidad emocional, con una gran tendencia al sueño. El término de fatiga se subdivide en fatiga aguda — cuando los pacientes presentan síntomas de fatiga de menos de un mes—, fatiga subaguda —si los presentan entre uno y seis meses— y fatiga crónica —si la presentan durante más de seis meses.
El síndrome de fatiga crónica (SFC) es un trastorno poco conocido y que se caracteriza por un inicio subagudo de fatiga incapacitante asociado a otros síntomas como pueden ser: sueño no reparador, problemas de memoria o de concentración, dolor articular o muscular y dificultad para pensar o problemas de sueño y fatiga durante más de veinticuatro horas tras el ejercicio o debilidad muscular idiopática, sensibilidad a la luz o al sonido, cefalea o dolor de garganta, entre otros. El SFC se ha denominado también encefalomielitis miálgica.
La fatiga es un síntoma frecuente en la población general. Pero el síndrome de fatiga crónica confirmado es relativamente infrecuente, con una frecuencia entre el 0,006% y el 3% según los estudios poblacionales. Se diagnostica de manera predominante en las mujeres de 30 a 55 años. Generalmente, los pacientes tienen un grado funcional elevado antes del inicio de la enfermedad.
La causa del síndrome de fatiga crónica sigue siendo desconocida. Algunos estudios relacionan el inicio del síndrome de fatiga crónica con infecciones crónicas o con disminución del número de linfocitos T citotóxicos, pero los estudios no han sido concluyentes. Una gran parte de los pacientes tiene un sueño no reparador, pero los estudios polisomnográficos tampoco han sido concluyentes. También la enfermedad de Addison y el síndrome de fatiga crónica tienen algunos síntomas comunes, pero la respuesta al tratamiento es distinta entre ambos. Ninguna de las evaluaciones psicológicas exhaustivas ha determinado un patrón común psiquiátrico. El síntoma principal es una fatiga debilitante y repentina que altera de manera considerable las actividades cotidianas, la capacidad de trabajo y las relaciones sociales. Estos pacientes suelen tener un excelente estado de salud previo a un cuadro seudogripal con febrícula, sudores nocturnos, dolor en la palpación de ganglios linfáticos cervicales y dolor de garganta y mialgias y cefalea. Algunos pacientes con síndrome de fatiga crónica refieren dolor musculoesquelético generalizado, disfunción cognitiva, síndrome del intestino irritable, sueño no reparador y sensibilidad química múltiple.
El diagnóstico del síndrome de fatiga crónica requiere cumplir unos criterios que excluyen a los pacientes con fatiga por depresión melancólica, trastornos psicóticos, drogadicción y obesidad grave con índice de masa corporal >40. En el estudio diagnóstico se incluyen una historia y una exploración completa con estudio analítico y radiológico para descartar causas tratables de fatiga. En la actualidad no existe ningún tratamiento farmacológicoefectivo. Se recomienda ejercicio físico y terapia cognitiva conductual. En los pacientes con síntomas antidepresivos los inhibidores de la recaptación de la serotonina pueden ser eficaces.
El pronóstico de recuperación completa oscila entre el 0% y el 37% de los casos. Las tasas de mejoría notable varían entre el 6% y el 62%. Los pacientes más jóvenes y los que no tienen un trastorno psiquiátrico catastrófico tienen el mejor pronóstico.
CRITERIOS DE 1994 DEL GRUPO INTERNACIONAL DE ESTUDIO DEL SFC
El diagnóstico del SFC requiere las características siguientes:
Firmado: Ana Weruaga Rey, reumatóloga del Centro Médico de Asturias